domingo, 28 de febrero de 2010


LLAMADA TELEFÓNICA

Al final será un susurro,
un recuerdo para cuando estemos muertos,
una noche negra,
o un suspiro.
Y el desliz de las cartas marcadas
mientras tu voz amenaza tormenta.
Un desplante a la razón
¡Lástima ser ateos!
Las luces brillan y todo es tan triste
¡Coñazo de navidad!
Ya me vuelvo a poner pesado.
Perdóname.
Es tarde y estoy borracho.
Sabes que odio a la gente normal.


JAVIER MARTÍN

jueves, 25 de febrero de 2010

APPENZELL


APPENZELL


Como todos los días
-de lunes a viernes-
cojo el autobús verde
para ir al polígono gris.

Entonces se me ocurre la idea;
me iré a vivir a Appenzell,
rodeado de montañas
en una granja solitaria,
comiendo queso a todas horas
como un ratón.


JAVIER MARTÍN

martes, 23 de febrero de 2010

DE VIAJE POR GUATEMALA

Antigua, ciudad colonial.

Templos mayas en mitad de la selva.


En el mercado de Chichicastenango.


Un monasterio en Antigua.



Cae la noche sobre el volcán de Pacaya.



Vista de día desde el volcán.

Cementerio guatemalteco



¿No es para morirse?



Puesta de sol desde el lago de Petén Itzá.

lunes, 22 de febrero de 2010

LAS ROZAS VILLAGE



LAS ROZAS VILLAGE

Saltan los aspersores,
el agua perfuma la hierba.
Alex y Marta juegan en el columpio
mientras corto el césped
y Ana prepara las cosas en casa.
Es nuestra primera barbacoa del verano.
Me fijo en el anuncio de la carretera:
LAS ROZAS VILLAGE: NUEVO CENTRO COMERCIAL.
Nosotros también sabemos disfrutar del sueño americano.


JAVIER MARTÍN

2 POEMAS PARA UN LUNES



VENDAVAL

Eran tiempos menores
de letras en minúscula y carne poco hecha.
Tu voz como un fantasma.
Los muertos del futuro se niegan a nacer
mañana,
pasado mañana,
o al otro.
De algo hay que morir para estar vivos.



CARNAVAL

Arde la noche y se cierne el silencio.
Las sombras iluminan nuestros pasos
mientras silbamos una canción de Van Morrison
y Mohamed Chukri baila con Descartes
un tango imaginario.
Cae el día
y la ciudad se masturba;
las aceras amanecen regadas
de dioses frustrados y rosas sin espinas.
Y el día nace como un pájaro enjaulado.
Mañana será demasiado tarde,
pero yo no inventé las reglas del juego.


JAVIER MARTÍN

miércoles, 17 de febrero de 2010

MANUAL DE PRIMEROS AUXILIOS




YA SOLO ESCRIBO CUANDO ESTOY BORRACHO


Fly me to the moon
and let me play among the stars...

(Canción de Bart Howard inmortalizada por Sinatra)


Me gusta ver la ciudad cuando duerme,
cuando el silencio deambula a su antojo por las esquinas
y los recuerdos se magnifican
imaginando amores imposibles.
La vida entonces parece tener sentido
y el alcohol oculta el fracaso
con sus vapores,
con su vaga melancolía,
con su sonrisa histérica.
Y entonces me siento dios
o el diablo.




DONDE NADA EMPIEZA


Tendrás noticias mías
cuando ya no te lo esperes
y de tus ilusiones sólo queden los recuerdos,
cuando tus manos estén llenas de arrugas
y el suicidio ya no sea una salida de emergencia.
Tendrás noticias mías
para jugar una última partida,
para echar otro vistazo al pasado
y a la vida que no vivimos.
Cogidos de la mano,
vencidos por el tiempo,
con la muerte en la mirada
y el deseo de un último beso
(tal vez el mejor de todos).
Volveremos a vernos
donde nada empieza,
donde todo acaba.



DESPEDIDA


Tú querías que te dejara de querer
y lo has conseguido

Juan Gabriel


Mañana todo habrá acabado
y estarás para siempre en el cajón de objetos perdidos,
esa será mi venganza y voy a ser implacable.
No me importa que te burles, ni que ya no me creas
porque esta vez lo tengo decidido
y no habrá marcha atrás.
Con todo mi rencor me despido.
Hasta nunca.
Cierra la puerta cuando salgas.



LA MUERTE COMO RUTINA


Hoy me he levantado con resaca de Día de difuntos
mirando un cielo sabor ceniza.
La nieve se agolpa en mis manos
y crece el árbol del recuero entre mis dedos,
con sus entrañas azules
de tanto mar y tanto silencio.
Un perdigón hace turismo en el espacio
y se despide “a la francesa”.
Demasiado tarde para tomarse en serio;
la muerte como rutina.



DE VUELTA A CASA

A Eze

Madrugada de pedernal
tras una noche al relente.
Los ojos incrustados
con la fiereza del que no olvida.



LOS DÍAS EN QUE NO AMANECE


Los azules brillaban en la orilla
mecidos por el silencio
en barcas que bailaban con la marea.
Con pasos cortos desmenuzamos
las melodías de nuestras vidas.
Los días en que no amanece
se echan de menos los pijamas amarillos.



ANUNCIO

Se venden rutinas y coche usado.



JAVIER MARTÍN




HOMENAJE A LEOPOLDO MARÍA PANERO


HOMENAJE A LEOPOLDO MARÍA PANERO


Hoy, como ayer,
no ha llegado el fin del mundo
y, sin embargo, se oyen sus pasos,
su boca que no dice nada
pero escupe y gime como una mujerzuela,
y lamenta el mañana
que nunca llega.

Javier Martín

OPERACIÓN FONOLLOSA


CARRER DE COLOM


No hay que desanimarse si las cosas
no resultan del modo apetecido.

Alguien con mi fracaso obtendrá su éxito.
Es el raro equilibrio de la vida.
No hay que desesperarse por lo tanto.

Debe felicitarse al ganador
y explorar nuevos sitios concurridos.

Los bares y espectáculos nocturnos
son cual colmenas donde las abejas
depositan su miel lograda afuera.

La suerte es indudable que me aguarda
en un lugar que ignoro. Estoy alerta.

Y no me desanimo. Hay muchas calles
que recorrer y actividades múltiples
que no experimenté. En cualquiera de ellas

un mal es siempre un bien para otro. Un día
el mal de otro será un bien para mí.

JOSÉ MARÍA FONOLLOSA


(De su muy recomendable libro "Ciudad del hombre: Barcelona")


lunes, 15 de febrero de 2010

GRUPO SALVAJE: TRATADO DE POÉTICA VIOLENTA

Peckinpah recuerda:

Una canción antes de la muerte. Una sucia canción mejicana de sabor amargo, que se pierde con la última tarde. Un homenaje a los camaradas que se han forjado entre el polvo y no se esconden ante el peligro. Es una canción al héroe que llevamos dentro, oculto en la maleza de nuestras entrañas.

Peckinpah recuerda:

Una sonrisa que se cruza con otra. Una sonrisa que al ser esbozada ilumina los rostros de William Holden y Ernest Borgine, diciendo lo obvio - lo que no podía ser de otro modo -. Una última sonrisa para la vida - en la antesala de la muerte -, que parece decir: las partidas empezadas entre amigos merecen ser terminadas juntos, aunque se divise un final desastroso para todos. Una sonrisa para la despedida. Una sonrisa-reflejo de la amistad, en homenaje a la dignidad humana.

Peckinpah recuerda:

Miradas que son palabras. Miradas que lo dicen todo, cobrando un sentido exacto en aquellos que han luchado juntos contra la adversidad vivida. Son destellos de rabia que gritan con fuerza: ¡Mejor morir matando!¡Vamos a por esos cabrones! No son estúpidas miradas de ilusos: es la mirada de los que saben que la muerte les está esperando en la siguiente esquina, pero prefieren no huir cobardemente de ella. Son el espejo de la frustración, cuando esta se hace insoportable y estalla en un implacable aullido. Son el reflejo de la derrota conocida de antemano - lo que solo acrecienta el valor de la partida -.

Peckinpah recuerda:

Una orgía de sangre y violencia: niños asesinados, abstemios perforadas por las balas, viejas puritanas vestidas de negro pisoteadas por los caballos a un ritmo frenético, dulces putitas perfumadas con la cabeza abierta de un disparo, un alacrán que arde ante el cruel delirio de unos niños armados con palos...

¿Quién dijo que la violencia no es poética?

Peckinpah lo desmiente sin tener que recurrir a engaños metafísicos ni sensiblerías baratas. La frustración que acompaña a la vejez, la amistad, la honestidad, el amor... son algunos de los motivos eternos exaltados por Peckinpah, bajo la siempre dudosa sombra de la derrota.

Javier Martín

(Publicado en el Nº 1 del fanzine "Camisa de fuerza" hace demasiados años)

A vueltas con la nada



SUCUBO

Y me encontré una mujer frente a mí,
y le dije: no tengo pelo,
soy un pez. Y ella me dijo:
conocerás el mar, esa ancha tumba
en que nada el Kraken
y se pierden los barcos.
Y era como descubrir en un barco, de noche
a la luz de las estrellas
que está uno abrazado al diablo,
a esa mujer, esa limosna
que sólo él puede ofrecerme
y cuya mano acaricia torpemente
las cuencas vacías de mis ojos
en ese albañal que tengo por juguete,
y por figura; y le diré entonces:
he tenido comercio con la nada.


Leopoldo María Panero.

De su libro "Piedra negra o del temblar".

Un par de poemas de Raymond Carver


ROMANTICISMO

Las noches no son claras aquí.
Pero si hay luna llena, lo sabemos.
Sentimos una cosa un minuto,
otra distinta al siguiente.


VIEJOS TIEMPOS

Dormitabas delante del televisor
pero todavía no te habías ido a la cama
cuando llamaste. Yo estaba dormido,
o casi, cuando sonó el teléfono.
Querías contarme que habías celebrado
una fiesta. Y que me echaron de menos.
Era como en los viejos tiempos,
dijiste, y te reiste.
La cena fue un desastre.
Todos estaban borrachos perdidos a la hora
en que se sirvió la comida. La gente
lo estaba pasando bien, muy bien,
estupendamente bien, hasta
que alguien se llevó a la novia
de otro arriba. Entonces
alguien agarró un cuchillo.

Pero te pusiste delante del tipo
cuando iba a subir
y hablaste con él, calmándole.
No te acordabas de mucho más
de lo que pasó después.
La gente se puso sus abrigos
y empezaron a irse. Tú
te debes de haberte quedado unos minutos
delante del televisor.

De todos modos, tú estás en Pittsburgh,
y yo aquí en este pueblo del otro lado
del país. Te apeteció llamarme para decirme hola.
Dices que estabas pensando
en mí, y en los viejos tiempos.
Dices que me echas de menos.

Fue entonces cuando me acordé de
aquellos viejos tiempos y de cenas muy serias.
Cuchillos alrededor esperando.
Acostarse en la cama esperando no volver a despertar.

Te quiero, dijiste.
Y luego un sollozo.
Agarré el auricular como
si fuera el brazo de un amigo.
Y me apeteció abrazarte.
Yo también te quiero.
Dije eso, y luego colgamos.