lunes, 28 de noviembre de 2011

UN POEMA Y UN DIBUJO DE FEDERICO GARCÍA LORCA



GACELA DE LA TERRIBLE PRESENCIA

Yo quiero que el agua se quede sin cauce,
yo quiero que el viento se quede sin valles.

Quiero que la noche se quede sin ojos
y mi corazón sin flor del oro;

que los bueyes hablen con las grandes hojas
y que la lombriz se muera de sombra;

que brillen los dientes de la calavera
y los amarillos inunden la seda.

Puedo ver el duelo de la noche herida
luchando enroscada con el mediodía.

Resiste un ocaso de verde veneno
y los arcos rotos donde sufre el tiempo.

Pero no ilumines tu limpio desnudo
como un negro cactus abierto en los juncos.

Déjame en un ansia de oscuros planetas,
pero no me enseñes tu cintura fresca.


FEDERICO GARCÍA LORCA

(de su libro Diván del Tamarit)

domingo, 27 de noviembre de 2011

UNA FOTOGRAFÍA DE EVE ARNOLD Y UN POEMA DE GIL DE BIEDMA



HAPPY ENDING

Aunque la noche, conmigo,
no la duermas ya,
sólo el azar nos dirá
si es definitivo.

Que aunque el gusto nunca más
vuelve a ser el mismo,
en la vida los olvidos
no suelen durar.

JAIME GIL DE BIEDMA

martes, 15 de noviembre de 2011

PANORÁMICA NUCLEAR



GOLDMAN SACHS NUNCA PIERDE

Ni siquiera tendrás
el beneficio de la duda.
Se arrojarán como hienas
sobre tu cadáver palpitante
e inventarán otros inviernos
y nuevas nubes polvorientas.
Te arrastrarán por praderas nucleares
y crueles desiertos sin oasis.
No sabrás si estás vivo o muerto.
Ya lo avisó Rilke:
“¿Quién habló de victoria?
Resistir, es lo único que cuenta”.

JAVIER MARTÍN

domingo, 13 de noviembre de 2011

2 POEMAS DE POE Y UN CUADRO DE PATINIR



SOLO

Desde mi hora más tierna no he sido
como otros fueron, no he percibido
como otros vieron, no pude extraer
del mismo arroyo mi placer,
ni de la misma fuente ha brotado
mi desconsuelo; no he logrado
hacer vibrar mi corazón al mismo tono
y, si algo he amado, lo he amado sólo.
Entonces, en mi infancia, en el albor
de una vida tormentosa, del crisol
del bien y el mal, de su raíz misma
surgió el misterio que aún me abisma:
desde el venero o el vado,
desde el rojo acantilado,
desde el sol que me envolvía
en otoño con su pátina bruñida,
desde el rayo electrizante
que me rozó, seco y rasante,
desde el trueno y la tormenta,
y la nube cenicienta
que (en el cielo transparente)
formó un demonio en mi mente.


EL VALLE INTRANQUILO

Hubo un tiempo en que el valle sonreía,
silencioso, aunque nadie allí vivía;
su gente había marchado hacia la guerra
confiando el cuidado de esa sierra,
por la noche, a la mirada fiel
de las estrellas desde su azul cuartel
y de día, a los rojos resplandores
del sol que dormitaba entre las flores.
Mas ahora para todo visitante
el valle triste es inquieto e inquietante.
Nada allí se detiene un solo instante...
nada salvo el aire que se cierne
sobre la soledad mágica y perenne.
¡Ah, ningún viento agita los ramajes
que palpitan como el glacial oleaje
en torno a las Hébridas salvajes!
¡Ah, ningún viento empuja el furtivo
manto de nubes que, sin respiro,
surcan durante el día el cielo esquivo
sobre las violetas allí esparcidas
como ojos humanos de mil medidas...!
sobre las ondeantes azucenas
que lloran junto a las tumbas ajenas!
Ondean: y en sus pétalos más tiernos
se juntan gotas de rocío sempiterno.
Lloran: y por sus tallos claudicantes
bajan perennes lágrimas como diamantes.

EDGAR ALLAN POE

miércoles, 9 de noviembre de 2011

2 POEMAS DE LUIS ANTONIO DE VILLENA Y UNA FOTO DE ALBERTO GARCÍA-ALIX



TIGRE

Dos o tres veces le había visto temblando
al pedir una copa;
con los ojos idos, otras, como quien
bebió en exceso.
La delgadez era más cada día,
algunos ostentosa.
Se sentó en mi mesa, aquella noche
y dijo:
¿Te acuerdas cuando pinchaba discos?
¿Te acuerdas?
He tenido a las mejores tías, de veras, pero ahora
ando dando bandazos.
¿Me puedes pasar tres libras? Siempre me
has caído de puta madre.
Te lo juro.
Y a rachas era alegre y a ratos taciturno,
con sortijas rockeras,
y un paso por el bar vacilante y extraño,
sin perder del todo
el aire que hace amigos.
Vestía con vaqueros, y la cara -sus marcas-
decían que ya no era el chico guapo aquel,
con el pelo muy largo,
que triunfaba de pincha hacia el ochenta y cinco.
Te cuento la verdad.
No sé porqué lo digo.
Ocho años llevo metido en el caballo.
No sé porqué lo cuento.
Me has caído siempre de puta madre.
¿Y qué sé yo qué hace uno?
Eliges, ¿sabes?
El caballo es eso,
una forma de vida.


MADRUGADA EN MADRID. AGOSTO, 1990

Gran Vía noche arriba, florece la heroína en traje negro.
En las miradas sientes agujas sucias, pensiones de miseria,
ojos buscando no sabrías si tumba u otro cuerpo.
Tanta delgadez lunar florece en la Gran Vía,
tanto temblor de manos, tanta ruina de infección y hambruna
manchas cutáneas, acaso, sidosos fantasmas que murieron,
temor a casi todo, mientras la leche cae del tetabric abierto,
como ese último sueño de aferrarse a una norma...
Escuchas pillar algo. Hay un dolor tan denso subiendo
la Gran Vía, la enfermedad vagando, aliada del sexo,
y aquel muchacho en pantalones cortos, sucios, la chica revestida
de huesos esqueléticos, dirías silicóticos peones gaseados.
La Gran Vía nocturna es un hondo pasillo de antracita,
y hay cuartos por detrás de agonizantes solos, sollozos y rateros.
Bajo las casas nobles de principios de siglo -polvorientas-
africanos y yonquis, navajas, viejas putas,
jovencitos oscuros, jeringuillas, travestís y camellos
cantan la gloria opaca, la cochambre sin letra de este fin de
milenio macilento.

LUIS ANTONIO DE VILLENA
(De su libro de poemas "Marginados")

jueves, 3 de noviembre de 2011

UN POEMA DE CHARLES BUKOWSKI



EL PÁJARO AZUL

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie
te vea.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo quédate ahí abajo, ¿es que quieres
hacerme un lío?
¿es que quieres
mis obras?
¿es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo ya sé que estás ahí,
no te pongas
triste.

luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo
y dormimos juntos
así
con nuestro
pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, pero yo no
lloro,
¿lloras tú?

CHARLES BUKOWSKI