miércoles, 9 de noviembre de 2011

2 POEMAS DE LUIS ANTONIO DE VILLENA Y UNA FOTO DE ALBERTO GARCÍA-ALIX



TIGRE

Dos o tres veces le había visto temblando
al pedir una copa;
con los ojos idos, otras, como quien
bebió en exceso.
La delgadez era más cada día,
algunos ostentosa.
Se sentó en mi mesa, aquella noche
y dijo:
¿Te acuerdas cuando pinchaba discos?
¿Te acuerdas?
He tenido a las mejores tías, de veras, pero ahora
ando dando bandazos.
¿Me puedes pasar tres libras? Siempre me
has caído de puta madre.
Te lo juro.
Y a rachas era alegre y a ratos taciturno,
con sortijas rockeras,
y un paso por el bar vacilante y extraño,
sin perder del todo
el aire que hace amigos.
Vestía con vaqueros, y la cara -sus marcas-
decían que ya no era el chico guapo aquel,
con el pelo muy largo,
que triunfaba de pincha hacia el ochenta y cinco.
Te cuento la verdad.
No sé porqué lo digo.
Ocho años llevo metido en el caballo.
No sé porqué lo cuento.
Me has caído siempre de puta madre.
¿Y qué sé yo qué hace uno?
Eliges, ¿sabes?
El caballo es eso,
una forma de vida.


MADRUGADA EN MADRID. AGOSTO, 1990

Gran Vía noche arriba, florece la heroína en traje negro.
En las miradas sientes agujas sucias, pensiones de miseria,
ojos buscando no sabrías si tumba u otro cuerpo.
Tanta delgadez lunar florece en la Gran Vía,
tanto temblor de manos, tanta ruina de infección y hambruna
manchas cutáneas, acaso, sidosos fantasmas que murieron,
temor a casi todo, mientras la leche cae del tetabric abierto,
como ese último sueño de aferrarse a una norma...
Escuchas pillar algo. Hay un dolor tan denso subiendo
la Gran Vía, la enfermedad vagando, aliada del sexo,
y aquel muchacho en pantalones cortos, sucios, la chica revestida
de huesos esqueléticos, dirías silicóticos peones gaseados.
La Gran Vía nocturna es un hondo pasillo de antracita,
y hay cuartos por detrás de agonizantes solos, sollozos y rateros.
Bajo las casas nobles de principios de siglo -polvorientas-
africanos y yonquis, navajas, viejas putas,
jovencitos oscuros, jeringuillas, travestís y camellos
cantan la gloria opaca, la cochambre sin letra de este fin de
milenio macilento.

LUIS ANTONIO DE VILLENA
(De su libro de poemas "Marginados")

No hay comentarios:

Publicar un comentario