(Fotograma de la película El gabinete del Dr. Caligari)
EL POETA DEL FRENOPÁTICO
El poeta del frenopático vomita sus versos de pelo verde sobre la bata impoluta de las enfermeras
y sonríe, con la mirada perdida en su océano innavegable.
En las pegajosas tardes de agosto, soporta las aburridas caricias de las moscas que invaden el patio.
Nunca trató de asesinar a sus sucias amigas del verano;
él sabe que son enviadas del sol para absorber nuestras impurezas gangrenadas.
Por la noche, los llantos desesperados de los enfermos rebotan en las paredes sudorosas de los pasillos blancos
y recorren la ciudad de los locos, huyendo de las sábanas recalentadas y los enterradores del infinito,
mientras la visión iluminada de la muerte surge como el último refugio en este sueño inmundo.
Aquí nadie ha llorado ante el dolor o el fracaso,
eso queda para los cretinos que un día creyeron que podrían obtener algo.
En cualquier caso, uno siempre puede encender otro cigarrillo.
JAVIER MARTÍN
(Publicado en el nº 4 del fanzine Camisa de fuerza en Diciembre de 1998)
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